sábado, julio 13, 2019

El comienzo del fin

A nadie que conozca le parece correcto el evento de esta noche. Se baja el precio a algo tan selecto, exclusivo. Cualquiera puede nombrar 10 jugadores que se merecen/merecieron una despedida antes que Rodrigo Mora. Y tienen razón.
Desde que se anunció sólo tuve dudas hasta que en un momento, sin más, hicimos los clicks necesarios y acá me ves preparándome para salir al Monu. De algún modo necesito explicar porque voy, tenía que ir y porque esta semana me la pasé con los ojos mojados. 
Todo el mundo que me conoce, sabe mi idolatría, devoción y locura por Ariel Ortega. Mi identificación desde los rasgos físicos y por su exquisitez flotando en el pasto del Monumental. Hoy a mis 31, misma edad que Mora, me reconozco en el uruguayo. No se comparan, las distancias son abismales sin embargo en estos 4 años, sobre todo en este último muchas cosas importantes tienen el recuerdo del número 7 con la escopeta.
Mora fue un futbolista imposible de catalogar, para delantero por afuera le faltaba velocidad, para segundo delantero le faltaba técnica, para nueve de área le faltaba físico y gol. Y ahí estaba, cumpliendo con voluntad, esfuerzo y ganas.

Hace 4 años nos estábamos quedando afuera de la Libertadores 2015 después de ganar la Sudamericana 2014, empatar como unos boludos con Aurich y perdiendo 2-0 en Méjico. Después que Arévalo Ríos la puso al palo se terminó de arruinar ese día. Apagamos la tele y seguimos con los preparativos para el triste día siguiente. Hasta que llegó el mensaje de mi primo diciendo que la abuela nos había mandando el último regalo del cielo. Según vi el resumen fue algo así. Faltaban 4 minutos y en una desinteligencia, le queda a Mora, rebote y Teo la manda a guardar. Sin esperar, invirtiendo los protagonistas, centro atrás y volea que se clava al lado del palo. Nos quedaba una vida.
Esa que nos diste con el primer gol a San José a la sálida del córner cuando no quería entrar y encima en Perú la cosa venía torcida. Pasamos y nos tocó Boca que abandonó. Cruzeiro que se comió el baile de su vida y Guaraní y el gol a lo burrito.
La ida, otra vez en Méjico donde fuiste el mejor del primer tiempo con Barovero hasta que saliste lesionado. La vuelta la viste de afuera. La vuelta la dimos todos bajo la lluvia, compromiso mediante.
Después vino la lesión de cadera, remándola un año para volver, para ganarle a Boca la primera final del año y aunque no pudiste jugarla porque ya no te quedaba más hilo en el carretel, para vivir en el Bernabeu la más importante de todos los tiempos.
Llegaron las vacaciones y anunciaste tu retiro por la cadera, justo cuando me estaban por operar por primera vez en mi vida y no sabiendo cuando yo tendré que dejar también por el labrum de la cadera. Varios de mis momentos fuertes en estos años los puedo asociar a vos. Siento que tu despedida empieza a cerrar una etapa maravillosa. Es así que hoy vamos a disfrutar de tantos cracks y jugadores que nos dieron un montón de alegrías.
Creo que todo esto justifica porque estoy llorando atrás del teclado viendo tus goles en Youtube. Nos vemos en el Monu, ojalá te queden algunos minutos disfrutando ahí con el menor dolor posible.


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